Que ya no quiero
entrar en otras cuevas.
Quiero estar en la tuya
y que el viento me mueva.
Quiero sentir de cerca
la electricidad de tu pelo
los olores de tu cintura
y el roce de tu pecho.
Quiero entrar una y otra vez
donde un día no quise,
y donde ahora sale el Sol
en mis días grises.
Eres pura miel,
eres el olor a café,
la luz que no encontraba
y mis ganas de vencer.
Y es que el mejor fin de semana
es levantarme en tu cama,
escuchando los pajaritos
por la ventana.
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