Soy esa mente
que borra los malos ratos,
que sólo guarda los buenos,
que fabrica a posta los recuerdos.
Y más si es contigo,
es a ti a quien espero,
a ti, porque te quiero.
Porque yo desechaba,
porque yo no guardaba,
porque yo tocaba y no miraba.
Tú me enseñaste a mirar,
a acariciar y a hacerlo lento,
igual que apareciste,
te fuiste en el mejor momento.
Hasta cuándo tendré que esperar,
con esta incertidumbre que me ahoga
y que me apuñala a deshora.
Tú, que nada tienes claro,
yo, que avisé,
yo, que lo pensaba.
Yo, que nunca lloraba...