lunes, 3 de diciembre de 2018

Camina el monstruo

Camina el enorme monstruo a pasos agigantados. Mientras todos pensaban que su cuerpo yacía sin vida, sólo dormitaba en la caverna en la que siempre habitó. Ahora, alimentándose de los animales que le ofrecen su sacrificio, avanza sin descanso para volver a destruirlo todo. Con sus enormes pisadas, volverá para aplastar la vida y la libertad que durante años florecieron frente a sus ojos, con la ayuda de los guerreros más valientes que esta tierra vio nacer. Guerreros que tienen ahora la obligación de resurgir para volver a tumbar al monstruo, esta vez, enterrándolo hasta el final de los tiempos.

martes, 24 de julio de 2018

Una noche más


Es una noche más.
El aire huele a azucarera;
la cortina, con la brisa, vuela
y dos estrellas se dejan mirar.

Es una noche más.
El camión suena con fuerza;
los badenes, ruidosos, tiemblan,
el silencio vuelve a reinar.

Es una noche más.
Un cambio se acerca,
¿vendrá a buscarme la pereza?
Mi cabeza volverá a luchar.

Es una noche más.
De mi alma salen truenos,
buscando recuperar lo bueno,
deshacerme de lo ajeno...

...Es una noche menos.

jueves, 31 de mayo de 2018

C/ Herrera 2-3, C15



La cercanía de los pasos desde la escalera medía el tiempo que tardaba en abrirse la puerta marrón que conducía a nuestro pequeño paraíso veraniego. El inconfundible olor y el ruido de la cerradura daban pie al descanso previo a un divertido almuerzo en el que -todavía- no faltaba nadie. Descanso que se retomaba después de la mencionada comida, con los ronquidos del abuelo acompañados de una fiel cocker con caniche que le rindió culto hasta el final. Los pequeños molestaban en el pasillo y buscaban tras una cortina la mejor distracción con el objetivo de que los minutos pasaran lo más rápido posible para volver a la playa. Y llegaban el bronceador y el caer del Sol en el Camarón. Y pasaron los años y pasaron pandillas y parejas, y llegó el momento en el que el correr de los tiempos obligó a una rápida y extraña despedida. Después de tantas vivencias desde tantas pupilas, yo sólo espero, algún día, volver a ver el mar desde mi balcón.