lunes, 21 de agosto de 2017

Hasta el Sol se escondió esta tarde



Hasta el Sol se escondió esta tarde, dejando a la Luna sola ante la vergüenza. Ni siquiera el Sol quiso ver el resultado de la vida que él mismo regala día a día, y que se autodestruye, presa del mundo que se ha creado. Un mundo que ya no es mundo, y que ya nada tiene que ver con el suelo que hace millones de años vio nacer la primera flor entre el viento, la montaña y las olas del mar. Un mar que terminará tragándose los horrores, las balas y las bombas, para poner al universo de nuevo en su perfecto orden. Un orden que el codicioso y soberbio hombre rompió en el momento en el que se creyó amo y señor del mismo y acabó haciendo dueño a cuantas divinidades quiso. Divinidades que enfrentaron a este hombre y que lo seguirán haciendo hasta el final de los tiempos. Tiempo que pasa y que consume las vidas de quienes nada tienen que ver con la barbarie.

Hasta el Sol se escondió esta tarde y en su letargo, soñando con otra realidad, hizo a la Luna no querer nunca más presenciar desde la primera fila lo que en su día fue un gran lugar para vivir.

Foto: La cara de la guerra (Salvador Dalí, 1940).